Si su hijo tiene un comportamiento problemático, es introvertido o tiene poca relación con amigos y compañeros de clase, es desobediente o poco respetuoso, cuando llegue a la edad adulta tendrá un mayor riesgo de padecer dolores crónicos que aquellos que ahora se portan bien. Puede parecer un disparate, pero ésta es la conclusión a la que han llegado un grupo de científicos de la Universidad de Aberdeen, en Reino Unido, dirigidos por el doctor Dong Pang.
Esta semana el periódico "EL Mundo" se hacía eco de este estudio, publicado en la revista "Reumatology", que afirma que las personas que tuvieron un mal comportamiento durante la infancia tienen un doble riesgo de sufrir dolores de tipo crónico. La causa final de esta ligazón se desconoce, pero los científicos afirman que "las primeras experiencias vitales tienen un impacto permanente en el sistema neuroendocrino, que afecta a la actitud y dolores físicos". De hecho, estudios anteriores ya han probado que las hospitalizaciones, la separación de la madre o accidentes de tráfico, acarrean consecuencias físicas años después de haberlos experimentado.
Esta investigación ha tratado a más de 18.500 personas nacidas en Escocia, Inglaterra y Gales en el año 1958. Durante la vida de las mismas, los científicos fueron recogiendo los datos obtenidos a través de las entrevistas realizadas a los padres y profesores de los niños, cuando éstos tenían las edades de siete, once y dieciséis años. Además, más tarde, les hicieron cubrir un informe sobre estrés psicológico, y ya a los 45 años rellenaron otro sobre dolor. Con todo esto, han afirmado que no sólo el tipo de comportamiento afecta a dolencias físicas, sino también que hay más incidencia en casos de ansiedad, depresión y conductas suicidas.
Gracias a este tipo de investigaciones nos damos cuenta de la importancia de la educación en los niños, ya que con el tiempo todo sale a la luz.
Ver | El Mundo
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