La Organización Mundial de la Salud (OMS) ya avala este tratamiento desde hace años, y recomienda su uso diario para el tratamiento de niños con el virus. Pero los especialistas advierten que a muchas personas no se les administra el medicamento.
Prevención para los afectados
Gran parte de la batalla de las farmacéuticas contra el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) ha estado centrada en el desarrollo de remedios antivirales, que pueden extender significativamente la expectativa de vida.
Se pueden salvar decenas de miles de vidas con un uso más extensivo de la droga, que cuesta unos pocos pesos por día.
Sin embargo, muchos pacientes atraviesan el riesgo más alto durante las primeras semanas después del diagnóstico, con infecciones varias que amenazan su sistema inmunológico debilitado.
Investigaciones han estimado que alrededor de un cuarto de las personas que están en programas de tratamiento con antivirales en el África Subsahariana morirá en el primer año de la enfermedad.
Pero se descubrió que, si a esos tratamientos de largo plazo se les agrega el antibiótico cotrimoxazole, se pueden prevenir muchas muertes de personas con un sistema de defensa más afectado.
El estudio de The Lancet, realizado con 3.179 pacientes ugandeses, mostró una reducción del 59% en las primeras 12 semanas, y del 44% entre las semanas 12 y la 72.
Falta de disponibilidad
Pero el tema no es tan simple, ya que el medicamento no está disponible en muchos lugares, según afirman los autores del estudio, realizado por científicos del Medical Research Council Clinical Trials Unit, del Imperial College de Londres, y de centros de Uganda y Zimbawe.
No nos olvidemos de que todavía hay millones de personas en África que necesitan antivirales y no pueden conseguirlos.
Indican que sus hallazgos refuerzan la necesidad de una actuación más rápida por parte de los responsables de los programas de tratamiento.
El profesor Charles Gilks, que lideró la investigación, dijo que todas las dudas acerca de la eficacia del antibiótico ya están ahora bien disipadas.
"Se pueden salvar decenas de miles de vidas con un uso más extensivo de la droga, que cuesta unos pocos peniques por día", aseguró.
Como si fuera poco, este antibiótico tiene otro beneficio: reduce la incidencia de la malaria en un 25%.
Alta eficacia
La coautora Diana Gibb sostuvo que es necesario acelerar la disponibilidad y el abastecimiento de la droga y ofrecérsela a todos los nuevos pacientes en los primeros 18 meses.
Pero, según el doctor Álvaro Bermejo, director de la Alianza Internacional contra el VIH/SIDA, el acceso a este tratamiento es en sí mismo un problema más grande aún.
"No nos olvidemos de que todavía hay millones de personas en África que necesitan antivirales y no pueden conseguirlos.
"Como el estudio lo confirma, el tratamiento antiviral reduce el riesgo de muerte en más del 90%, y el antibiótico cotrimoxazole lo reduce más aún".
Por ello, el doctor Bermejo hizo énfasis en la necesidad de aunar esfuerzos para asegurar que todos los que necesiten el tratamiento lo puedan obtener.
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