viernes, 16 de abril de 2010

Contra las secuelas del cáncer de mama

'La técnica supramicroquirúrgica desarrollada en Barcelona, que se inició en Japón a finales de la década de los 90, es la única que permite reducir de modo definitivo esta patología con mínimas secuelas para los pacientes, ya que hasta ahora tan sólo se podía tratar con fisioterapia o rehabilitación, como mal menor', asegura a Efe-Reportajes el doctor Masià, con 46 intervenciones con éxito en su haber desde el 2007.

¿Qué es un linfedema?
Tras una cirugía oncológica de mama y la extracción de los ganglios linfáticos de la axila para evitar recidivas, entre el 10 y el 20 por ciento de las afectadas sufren linfedema, o la acumulación del líquido del sistema linfático en los tejidos grasos subcutáneos. Esa patología produce edema, inflamación crónica y fibrosis, así como un aumento de peso y la no funcionalidad de la extremidad afectada.

Cuando se quitan los ganglios, la linfa no tiene hacia dónde dirigirse y se acumula en el tejido graso subcutáneo, con lo que los tejidos cambian, los brazos se inflaman y se degeneran tanto la musculatura como las articulaciones. El brazo puede agrandar su tamaño hasta seis veces, se queda duro y pierde funcionalidad.

'Esta cirugía está al límite de lo que podemos realizar con los aparatos actuales y con las manos, con los últimos avances tecnológicos y con la ayuda del microscopio, algo impensable hace diez años', nos puntualiza Maciá.

La técnica se aplica tan sólo en seis centros del mundo, entre ellos los dos hospitales públicos de Barcelona y la Clínica Privada Planas¿, ya que requiere un aprendizaje muy largo y mucha experiencia en microcirugía¿, resalta Jaime Masiá.

En qué consiste la cirugía
En la operación quirúrgica el cirujano selecciona, a través de un potente microscopio, canales linfáticos del brazo para unirlos a pequeñas venas, de entre 0,3 a 04 milímetros, con un hilo de sutura de doce ceros y unas agujas de 50 micras, equivalentes a un cuarto de pelo, 'una operación que consigue resultados de una mejoría notable entre el 35 y 70 por ciento de los casos' , a juicio de Masiá.

'Cada operación de anastomosis, como se denomina esta técnica, se realiza con anestesia total y suele durar unas cuatro o cinco horas; en Japón, se practica con anestesia parcial, ya que allí los pacientes son más obedientes y tranquilos y hasta permiten que el doctor Koshima les de masajes en medio de la intervención', algo impensable en Europa¿, subraya Maciá.

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