Todos a lo largo de nuestra vida hemos tenido que oír más de mil veces a nuestras madres o incluso parejas decirnos que somos unos guarros porque no nos limpiamos los oídos, pues no, no somos unos guarros sino al contrario somos personas inteligentes y los otorrinolaringólogos nos dan la razón, sorprendente pero cierto.
La mayoría de las personas desconoce que el simple hecho limpiar incorrectamente el oído puede afectar de manera negativa a nuestra salud auditiva provocando desde un simple aunque incómodo taponamiento, hasta infecciones, perforaciones y otro tipo de lesiones.
La mejor manera de limpiar el oído, aunque a muchas personas les vaya a sonar raro, es dejar que desarrolle su proceso natural de limpieza, porque existe. El conducto auditivo cuenta con un sistema natural de limpieza que procura que el cerumen vaya saliendo hacia fuera y se caiga.
Por estos motivos los otorrinolaringólogos desaconsejan el uso de bastoncillos o las irrigaciones de agua o aceite de manera casera, y animan a que se opte por acudir a los profesionales para extraer los tapones que se formen.
La pérdida repentina de audición es uno de los síntomas más claros para reconocer que se tiene un tapón en el oído, estos suelen aparecer con mayor frecuencia en verano porque la cera acumulada en el oído absorbe agua y se hincha. Aparece de un día y es una pérdida drástica pero se recupera tras la extracción del tapón.
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